Lima, 15/04/2021
Compañera del alma:
Ha pasado más de un año desde que el virus llegó a nuestro país. Ni el miedo ni la angustia han desaparecido ni nos hemos acostumbrado a su existencia. Algunas de nosotras no nos hemos vuelto a encontrar físicamente. Muchos abrazos siguen siendo virtuales y ya vamos por la segunda vuelta de cumpleaños en los que nos debemos las chelas.
Cuando en marzo inició la pandemia estuvimos ensimismadas tratando de reorganizar nuestra labor, de justificar nuestro puesto de trabajo o lamentando nuestro prematuro despido. Nos duró poco tiempo estar tan “lejos” de nosotras. En abril tomamos la decisión de reunirnos virtualmente los viernes por la noche y conformarnos como colectiva. En adelante nos hemos acompañado en risas y penas mientras nos hemos tomado un largo tiempo en el que fortalecimos la base que nos une: nuestras preocupaciones, convicciones y sueños.
Desafortunadamente hoy el panorama no es más alentador. Hoy que todo parece perder sentido ante la tristeza de ver a las personas que amas afectadas por el virus y la crisis, hoy te extrañamos en un abrazo grupal que todo lo pueda. Porque nosotras también tenemos miedo ¿Cómo no tenerlo? Todos los riesgos que enfrentamos como mujeres en el Perú se han agudizado con esta crisis. Nosotras también estamos cansadas ¿Cómo no estarlo? Si nos hemos aferrado a nuestros trabajos en la necesidad de mantenerlos; si ya éramos las responsables de los cuidados de quienes amamos; si antes de todo esto ya teníamos heridas en el corazón. Pero cuando pensamos en ti y lo que estás atravesando aparecen las fuerzas, compañera. Y es ahí cuando nos movemos y convocamos para que más personas hagan el aguante por ti. Quizá hoy no te sientas bien, pero aquí estaremos para cuando estés mejor, para ser la fuerza y la complicidad desde la labor que nos ha unido.
Trata de no olvidar que la historia global y local siempre nos recuerda lo que podemos lograr cuando nos enfrentamos juntas a las adversidades. Además, las penas pesan menos cuando las compartimos. Como mujeres que trabajamos en las culturas y en la educación hemos avanzado a contracorriente, y el panorama político no parece ser un marco favorable para que ambos temas dejen de ser una lucha tan ardua. Hoy nos toca fortalecernos en colectivas. Que no nos debiliten orillándonos a la soledad, que nuestros miedos pandémicos sólo nos encuentren unidas.
Vendrán tiempos mejores, tenemos la esperanza y la fuerza para construirlos, no estás sola.
Un abrazo sororo
La Colectiva Feminista de Arte y Educación
Clara Rodríguez
Leslie Tucno
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